El Coaching de Negocios ha sido una de las herramientas más utilizadas por las organizaciones para incrementar sus beneficios, sus utilidades, las ventas de sus productos o servicios, para mejorar el ambiente laboral, desarrollar líderes, en resumen, para crecer como organización.
A raíz de este “boom” en el desarrollo del Business Coaching han surgido mitos alrededor del concepto que comienzan a difuminarse en conjunto con sus realidades, es decir, de pronto algo que no se contemplaba dentro del concepto de Coaching comienza a confundirse con él.
Esto sucede por dos razones, la primera es que el desarrollo de las organizaciones a través del tiempo es muy dinámico. No es lo mismo hablar de empresas o negocios a principios de siglo que ahora ya en su tercera década. El desarrollo es veloz, la digitalización, el servicio al cliente, el implemento de nuevos modelos de negocio, la innovación, y todo el progreso que se puede observar en este ámbito.
Asimismo, tampoco es lo mismo hablar de las disciplinas que estudian a las organizaciones, como la mercadotecnia, la economía, finanzas, sociología o psicología, pues el dinamismo de las organizaciones obliga el dinamismo de las disciplinas que las estudian, sus cambios y movimientos. Por ejemplo, el impacto financiero de que el agua cotiza en Wall Street es muy reciente, pero logra modificar las estrategias de inversión de varias empresas del ámbito, otro ejemplo sería, el progreso digital de la mercadotecnia enfocado a un posicionamiento en redes sociales o sitios web.
La segunda razón de la difuminación del término es que, derivado de la gran demanda por el Coaching en épocas recientes, muchas organizaciones comienzan a ofrecer este servicio, sin hacerle honor al mismo, es decir, a ofrecer panaceas universales y no procesos de acompañamiento. Se comienza a vender como una píldora mágica bajo el supuesto que después de un par de sesiones el Coachee (Cliente) comenzará a ver a su organización desarrollarse y crecer por sí misma de una forma inimaginable.
Pero la verdad es que el Coaching es más complejo que eso. Es un proceso muy íntimo del Coach con su Coachee, y por eso no es tan común. Es muy fácil ofrecer servicios en línea y venderlos como Coaching, sin involucrarse con los clientes, con ayudar en realidad a encontrar las ventanas de oportunidad que tiene la organización en cuestión, en tomarse el tiempo y la complejidad de desarrollar líderes de calidad para que el crecimiento de las organizaciones no solo sea constante sino sostenido en el tiempo.
Lo maravilloso del Coaching de negocios es que no solo ayuda a desarrollar líderes y a la organización y sus equipos, sino que logra también incentivar el desarrollo personal, un crecimiento individual interno que muy pocas personas logran relacionar con el progreso de la organización. Desarrollo de mejora, de introspección y autoconocimiento.
De ahí la complejidad del Coaching y de por qué no todos lo ofrecen tal y como es, porque el proceso es largo, un acompañamiento de descubrimiento, constante y dinámico pues el Coach también crece junto a cada organización. Obviamente, entre menos largo sea este acompañamiento, más posibilidades de abarcar más organizaciones hay, y se va perdiendo calidad, se dejan de observar oportunidades y los vínculos se hacen menos fuertes.
Para concluir, el Coaching de negocios debe ser un proceso íntimo y de duración, para que logre transformar a la organización, pero también debe estar actualizado, pues el ámbito empresarial es dinámico e innovador. Cada cambio dentro de la sociedad deriva en transformaciones en el ámbito empresarial pues no están aislados entre sí. Así la sociedad, sus innovaciones, las empresas y organizaciones logran una sinergia de interrelación, de interdependencia que hacen posible que nada permanezca estático.
Estos dos aspectos o razones de confusión dentro del concepto de Coaching son fundamentales para comprender el alcance estructural tan profundo que ofrece un buen Coach dentro de una organización, conociendo a la organización tan bien y ayudando a su Coachee a hacerlo de la misma forma.