El mundo empresarial es dinámico y cambiante, en ocasiones se ha tildado de conservador, pero la realidad es que no se queda estático por mucho tiempo porque la sociedad demanda el cambio. Es inimaginable que la mayoría de los negocios en 2021 no acepten pagos con tarjeta de débito, que no tengan un sitio web o o redes sociales, por mencionar algunos ejemplos sencillos. La innovación es, en estas instancias, una obligación.
Innovación
La innovación en el ámbito de los negocios es ocasionada también por la competitividad, por la mejora de procesos, de servicio y atención a los clientes, de acercamiento y posicionamiento. Entonces existen dos orígenes importantes de la innovación, la sociedad y la competitividad.
Un claro ejemplo de lo anterior, en el siglo pasado, fue la mejora de procesos de Ford al hacer modelos de automóviles en cantidades industriales, proceso que luego mejoró Toyota con un modelo más innovador que le permitía hacer más automóviles y de forma más eficiente. Y así la industria automotriz ha innovado hasta llegar a ser lo que es hoy. Este ejemplo, sencillo y conocido, clarifica en concreto la importancia de la innovación en las organizaciones, en su forma de ver el mundo, su sentido de ser, sus propósitos, modelos de negocio y la forma en que los implementan en nuevas realidades.
Es impensable entonces un mundo empresarial sin innovación, porque debe ser, la misma sociedad demanda mejoras en todas las vertientes de las organizaciones. Y así es como llegamos al 2021, saliendo de un año de cambios radicales y estructurales en el mundo de los negocios. Un año en el que se reinventaron las organizaciones, su filosofía, sus oportunidades de hacer frente a la crisis, y la forma de hacer negocios.
Hemos visto aparecer nuevos modelos de hacer negocios, empresas que inician actividades en redes sociales, que no necesitan locales y que sus ventas se envían a los domicilios de sus clientes, algo que no se veía venir, por ejemplo, en 2008. Negocios enteros que se hacen digitales, y al hacerlo se posicionan un paso delante de su competencia, teniendo presencia en internet, se hacen un sitio web y redes sociales y sus ganancias incrementan porque hoy, 2021, si no tienes presencia en la red, no la tienes en ningún lado. Hemos observado también la curva de innovación de la mercadotecnia, de carteles a carteles digitales, de anuncios de televisión o de radio a posts en Instagram, y notas en Facebook.
La adaptación es obligada, porque aquellas organizaciones que no tienen una capacidad de adaptación así de viva se van quedando atrás, se los va “comiendo” su competencia hasta que dejan de existir, no tenemos que pensar solo en el caso de Kodak, como siempre, porque tenemos ejemplos más recientes, como Blockbuster y Netflix, o Cinépolis y las plataformas de streaming (Amazon Prime, Netflix, Disney+, entre otras.).
Por décadas, la innovación se entendía como un cambio de paradigma sobre todo en el modelo de negocios, después de todo McDonald’s se hizo grande debido a la forma en la que innovó en un modelo de franquicias. Pero lejos ya de los ejemplos que podemos rastrear en la historia de las empresas, lo que se puede observar hoy es que la innovación debe ser en gran medida una transformación digital. El entregarle a los usuarios y clientes de las empresas la capacidad de seguir “conectados” en redes, que haya interacción en la red y que estén contentos con el servicio que se les está ofreciendo.
Hoy en día, todos los negocios se hacen vía smartphones o tabletas, incluso contratos grandes se pueden cerrar ya a la distancia mediante apps especializadas, se paga con transferencias o servicios financieros como PayPal o MercadoPago, tarjetas de crédito o débito, se consume en la distancia. Todo se entrega a la puerta de tu casa, incluso servicios especializados como consultas médicas o asesoramiento jurídico.
Este es el mundo de los negocios hoy, es una innovación, como siempre, pero lo que tiene de nuevo es lo digital, es una transformación, una adaptación obligada a las circunstancias que vivimos en 2020, que, aunque ya se veía venir, una situación radical como el aislamiento lo detonó con inmediatez.
Es momento de romper los antiguos estándares de los negocios, pues hay cosas muy diferentes ya, hay home office o home school, por ejemplo. La mejor parte es que en la innovación se puede percibir que los primeros en adaptarse son aquellos que consiguen una consolidación en el mercado más efectiva, pues son aquellos que ofrecen lo necesario a la sociedad para la satisfacción de sus necesidades.
Este tipo de transformaciones de los negocios en 2021 no deben hacerse por puro instinto, pues el equipo que hay detrás de una campaña de mercadotecnia en Instagram, por ejemplo, debe ser especializado, o al programar un sitio web, o mejorar su contenido.
Back Office
Ahora bien, la transformación digital no sólo está impactando el front office o la parte que “toca” al cliente, también está en los procesos internos, en las operaciones de toda la cadena de valor, es decir en el back office de las organizaciones. Por lo tanto, la transformación digital, además de tener impacto en la eficiencia operativa, es parte integral de la estrategia empresarial y del marketing.
Un cambio bien pensado
La innovación es cambio y el cambio requiere ser tratado con cuidado, no se trata de “cambiar por cambiar”, de seguir modas o impulsos. El cambio requiere ser gestionado aplicando herramientas sólidas que permitan lograr el éxito deseado y además acompañando la experiencia humana que implica la innovación.
El mundo que se abre ahora ofrece un abanico de posibilidades infinito. Hay que aprovecharlo, hay que visualizar esa ventana como una de las más grandes oportunidades de nuestro tiempo.